¿Eres Adicto a la Fatiga?

Ante el avance de ciertas actividades físicas y programas de entrenamiento que muestran como sus participantes se matan entrenando. La gente ha optado por medir la calidad de sus entrenamientos según el nivel de fatiga alcanzado. Una vez que te acostumbras a trabajos extenuantes es como que te vuelves adicto a la sensación de cansancio. Y si no terminas una sesión completamente agotado, sientes que el trabajo no ha sido del todo bueno. Pero si acabas vomitando o pudiendo apenas caminar, seguro que ha sido un entrenamiento fantástico.

Debido al continuo bombardeo mediático que recibes a diario -gente que postea en facebook, instagram, twitter acerca de que tan dura fue la sesión del día, otros que se filman entrenando hasta el agotamiento y luego lo suben a youtube, etc.- resulta prácticamente inevitable que estés exento de esta tendencia.

Además, resulta muy normal ver como muchas personas juzgan el nivel de sus entrenadores por la dificultad de los trabajos que les plantean. Por lo que, en un esfuerzo por aumentar la confianza de los clientes, muchos profesionales del fitness optan por prescribir rutinas de excesiva duración e intensidad para ser vistos como los coachs más exigentes del gimnasio.

Esta es una situación en la que muchos entrenadores caen, y es entendible, ya que a todos les gusta ser vistos como los más exigentes y que los alumnos hablen de ellos como los más duros y que sus rutinas son las más extenuantes.

Si esto es solo una etapa, no tiene nada de malo, ya que, así como las personas mejoran y maduran su condición atlética, también lo hacen los entrenadores con los programas de entrenamiento que indican.

Lleva tiempo entender que conducir a las personas al borde del agotamiento extremo no siempre es la mejor opción, esto no quiere decir que haya sesiones en las que no tengas que salir extenuado, significa que hay un tiempo y espacio para todo.

ENTRENAMIENTO INTENSO

Hay que ser claros, que entrenes duro está bien, pero si lo haces inteligentemente tus resultados serán mucho mejores. El trabajar intensamente da grandes resultados, pero siempre en su justa medida y respetando la relación con otros parámetros como son el volumen, la frecuencia y el descanso.

Un ejemplo muy claro de esto es el HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad) esta forma de realizar cardio se ha comprobado que ofrece iguales o mayores beneficios que el cardio tradicional a baja intensidad y en menor tiempo. Pero no es posible realizarlo todos los días, ya que precisa por lo menos de 48 horas de descanso entre sesión y sesión. Y de no tener esto en cuenta, las lesiones no tardarán en llegar.

Muchas personas caen en la trampa de querer hacer siempre más, ya sea porque cometen el error de sobre entrenarse y terminan desarrollando lesiones por sobre uso o porque sacrifican la técnica para buscar mejores marcas personales.

Sea cual sea la causa, y motivados por un apuro innecesario lo cierto es que este camino conlleva a la pérdida de tiempo (necesario para recuperarse de las lesiones) y de las ganancias obtenidas.

Lo interesante, es que una vez que una persona se lastima, lo que suele decir es “necesito recuperarme lo más rápido posible así vuelvo a trabajar a ese nivel”. En vez de reconocer que fue ese “nivel” de intensidad el que los conduzco a la situación en la que hoy se encuentran.

PUNTO CLAVE

El punto clave es que este estilo de entrenamiento es cada vez más vanagloriado y reforzado en la mente de muchas personas, las cuales terminan pensando que tienen, o, mejor dicho, que deben entrenar de esta manera todo el tiempo.

Lo irónico de todo esto es que crear entrenamientos que produzcan mucha fatiga es bastante sencillo. Toma poco conocimiento o habilidad hacer rutinas que agoten a los clientes. En cambio, generar trabajos que mejoren la funcionalidad y la condición atlética de las personas es realmente un desafío, y requiere mucho más conocimiento y estudio.

CONCLUSIÓN

Siempre ten presente, que solo porque estés cansado no significa que tu sesión de entrenamiento haya sido excelente, y un trabajo duro no necesariamente es un ejercicio de calidad.

Para ser claros, no estamos hablando de que no puedas realizar unas cuantas series al fallo, o que tengas sesiones extenuantes, estamos hablando de que no midas tus entrenamientos por la fatiga que te generen. Que no busques acabar tus sesiones mareado, con ganas de vomitar, y sin poder caminar. Sino que tengas en cuenta otros parámetros, como pueden ser: cómo mejora tu técnica, cómo evolucionan tus marcas a largo plazo, como evoluciona tu imagen frente al espejo, etc.

Trabaja Duro… pero inteligente.

Fuente

• Bret Contreras https://bretcontreras.com/addicted-to-fatigue/