Hambre Durante Todo el Día. Parte 2.
En este artículo daremos continuidad a los hábitos que podemos estar haciendo y que hacen que tengamos un hambre voraz durante todo el día.
Exposición a Comida.
Lo creas o no, cuando nos pasamos el día viendo recetas, programas, videos o libros de recetas, nuestro cerebro comienza a desear el ingerir esos alimentos. Hoy en día es muy frecuente ver vídeos cortos y sencillos para preparar absolutamente cualquier alimento, lo malo de estas recetas es que aunque se vendan como “sanas”, la mezcla de ingredientes hacen que sean súper deseables y controlar porciones puede ser complicado.
No subestimes el tiempo que pasas viendo este contenido sobre comida, recuerda aquel viejo y sabio refrán: de la vista nace el amor, así que cuida donde posicionas tu mirada. Claro que esto no significa que no puedas mirar recetas y aprender nuevas preparaciones, pero cuida que no consuma el total de tu día, ni buena parte de él.
Falta de Grasa y Proteína en la Dieta.
Otro error muy frecuente es no comer lo suficiente en cuanto a energía, pero sobre todo, cuando hablamos de fuentes de grasas y de proteína en general en la dieta. El bajo consumo de grasas suele darse por un temor al consumo de ellas, creyendo que al comerlas en automático vamos a subir de peso, y esto es un grave error, recuerda que lo que nos hace ganar kilos de grasa, no es la grasa que consumimos, sino el exceso total de energía y la poca o nula actividad física durante el día.
A su vez, el consumo de proteína en la dieta en general de las personas también suele ser baja, esto debido a diversos factores que van desde que es un macronutriente caro, es decir, de los 3 es el más costoso, también por un miedo a su consumo ya que se tiene la idea de que un consumo alto puede dañar nuestra salud y todo lo contrario, nosotros somos básicamente proteína andando por este mundo, así que suelta el temor a su consumo, ahorra dinero en refrescos y aumenta tu consumo de proteína.
Consumo de Alcohol.
El consumo frecuente y elevado de alcohol, no sólo daña nuestra salud y composición corporal, también nos afecta a nivel de señales de hambre y saciedad, estoy segura que en más de una ocasión (si es que bebes alcohol), has sido víctima de un hambre voraz, post borrachera, el denominado “bajón”, que tiene la finalidad de ayudarnos a recobrar la lucidez.
Por otro lado, es bien sabido que el alcohol nos deshidrata, esto por mecanismo de nuestro cuerpo para desechar los niveles de alcohol que identifica en el sistema, y recuerda que en nuestro primer artículo aprendimos que el estar deshidratado también incrementa nuestro apetito. Si no has leído la primera entrada de este tema, puedes hacerlo en este link.
Muchas Horas de Ayuno.
El Ayuno Intermitente es una gran estrategia para recordarle a nuestro cuerpo que ante falta de alimento puede utilizar las reservas de grasa que tenemos en el cuerpo, sin embargo, cuando alargamos más de lo debido estas horas de ayuno, podemos generar un estrés psicológico el cual podemos finalmente descargar con un buen banquete de alimento.
Hacer ayuno intermitente debe ser en su justa medida y a lo largo de tu vida pueden ir variando las horas de ayuno vs las ventanas de alimentación, el encargado de decirnos que tanto es tantito, es nuestro mismo cuerpo, así que sigue escuchando las señales que nos envía.