Alimentos que no son tan “Malos” como parecen - Parte 2
En este mundo los temas simples no existen y menos cuando hablamos acerca de recomendaciones nutricionales, pues claro, lo que a algunos les puede resultar positivo, a otros no tanto.
Con demasiada frecuencia se han emitido juicios generales sobre alimentos que a primera vista o bajo ciertos paradigmas anticuados parecían ser dañinos, pero tras nuevos análisis quizás no lo resulten tanto como se pensaba.
A continuación, te presentamos el segundo listado de comidas de las cuales probablemente hayas escuchado que debías mantenerte alejado porque eran “malas”, pero que en realidad podrían llegar a ser buenas dependiendo de tus objetivos.
1. Kétchup
En la década de los 80, el gobierno de los Estados Unidos aprobó una ley que permitía que el kétchup y otros condimentos fueran considerados vegetales en los almuerzos escolares.
A pesar del intento de hacerlo pasar como una comida saludable, la opinión pública rápidamente relegó el kétchup a su viejo estatus de comida chatarra, donde todavía se encuentra al día de hoy.
La cuestión es que la idea del gobierno de los Estados Unidos no era tan descabellada después de todo (más allá de que lo que los había llevado a ejecutarla era la necesidad de achicar el presupuesto) ya que, si eliges una marca sin azúcares o alta fructosa puede ser bastante bueno.
El fitoquímico licopeno es un oxidante 100 veces más poderoso que la Vitamina E y se encuentra en tomates y otras frutas y vegetales rojos. Desafortunadamente, su absorción no es muy buena, a menos que sea cocinado, lo cual justifica porqué el kétchup es uno de los productos con mayores cantidades de licopeno biodisponible.
Entre sus beneficios puedes hallar que reduce la incidencia de infartos, enfermedades cardíacas, diabetes, osteoporosis, infertilidad masculina, cáncer de próstata, siendo una excelente recomendación incorporarlo a tu dieta.
2. Tocino
El tocino es una de las comidas más demonizadas de todos los tiempos. En esta época de fobia a las grasas saturadas no podría ser de otra manera.
Todo lo que debías hacer era dejar caer unas cuantas tiras hacia una sartén con aceite o grasa caliente y este automáticamente se transformaría en un asesino silencioso próximo a ser transportado a tu Arteria Aorta.
Pero ahora que sabemos que el miedo a las grasas saturadas estaba largamente infundado, es tiempo de mirar al tocino desde otra perspectiva.
Cuando observas los nutrientes que realmente son importantes para la salud humana, comidas como el hígado, ciertas hierbas, nueces y semillas se encuentran en lo más alto de la lista.
El problema es que la mayoría de las personas no tiene ganas de incluir hígado a su dieta, y obtener todos esos valiosos nutrientes de vegetales y semillas es prácticamente imposible.
Pero en esta “lista” de comidas super nutritivas también se encuentra el Cerdo.
En lo que respecta al tocino, y su gran cantidad de grasa, se ha descubierto que estas son en su mayoría del tipo saludables (saturadas y mono saturadas) provenientes del ácido oleico, el mismo que se encuentra en el aceite de oliva.
3. Papas
Un estudio realizado en la Universidad de Harvard, relacionó el consumo de este tubérculo con el sobrepeso y la obesidad, debido a los grandes picos de azúcar en sangre.
La cuestión es que hay muchos otros alimentos que causan un aumento similar o mayor del azúcar en sangre, pero que se correlacionan con un peso corporal saludable.
Bueno, como suele ser el caso con los científicos, olvidaron mirar el panorama completo. Resulta que pusieron todos los subproductos de papa juntos (incluyendo papas fritas, chips, etc.) Por lo que no es de extrañar que las papas estén tan relacionadas con las tasas de obesidad.
Pero otros estudios, mejor estructurados, no han podido encontrar ninguna correlación entre las papas y el aumento de peso o cualquier enfermedad, en realidad. Es clave el tipo de cocción que utilices, hervirlas u hornearlas (e incluso freírlas con un aceite adecuado)
A pesar de su falta de color, que a menudo denota escasez de fitoquímicos, las papas contienen varios carotenoides y flavonoides, así como una gran cantidad de vitaminas. Por lo que no existe ninguna razón para dejarlas fuera de tu plato.
4. Cerveza
La cerveza es generalmente considerada como la hermana menor del vino. De este se exaltan el sabor, el patrimonio, y todos los beneficios para la salud que proporciona, pero mientras que la mayoría de esas categorías son subjetivas, la última, la salud, no lo es, y ahí es donde el vino no tiene mucha ventaja sobre la cerveza.
Claro, el vino contiene polifenoles que protegen el corazón, pero también la cerveza. La única diferencia es que los polifenoles de esta provienen de la cebada y el lúpulo en lugar de las uvas.
También se dice que el vino reduce la incidencia de coágulos en sangre, pero es probable que ese efecto lo produzca el alcohol en general.
En cuanto a los nutrientes individuales, la cerveza tiene más niacina, B5, B12, folato, selenio y silicio, mientras que el vino tiene más calcio, hierro, magnesio, potasio, zinc y manganeso. Pero la primera tiene menor contenido calórico.