Crudo, Cocido o Frito, ¿Qué Preparación es Mejor para mi Salud?

Gracias al exceso de información al cual estamos expuestos actualmente, es común que pacientes y alumnos, me pregunten sobre la “mejor” manera de consumir sus alimentos.

Y es que la gran mayoría de nosotros tenemos a la abuelita, tía o mamá que con frecuencia nos están indicando cual es la “mejor” manera de preparar determinados alimentos, con frases típicas como “Tu abuelita no preparaba así la receta”.

Personalmente me sucede que al ser nutrióloga y comer acorde a mis requerimientos auto-calculados de macronutrientes suelo mezclar alimentos que dejan con cara de desconcierto a las personas que están a mi alrededor. Pero también, debo mencionar que esta manera en la que he decidido llevar mi alimentación, me ha permitido descubrir combinaciones atípicas pero deliciosas.

Para mi y para tu cerebro, el sabor es MUY muy importante. Evolutivamente estamos diseñados para comer alimentos sabrosos que nuestro cerebro identificaba como sanos y seguros y con sabor desagradables, alimentos que estaban contaminados o que eran nocivos para nuestra salu

Idealmente los vegetales y las frutas deben ir crudas, lo cual indica que son alimentos frescos que a su vez se entiende son alimentos con alto contenido nutrimental. No contiene la misma cantidad de nutrientes una manzana recién cosechada que una manzana que ha pasado bastante tiempo en una bodega.

Otro grupo de alimentos que también deben preferirse crudos, son las grasas insaturadas o grasas de origen vegetal, dentro de los cuales encontramos el aguacate, las semillas como almendras, pistachos, nueces, etcétera y aceites o grasas líquidas. Este tipo de grasas son inestables al someterse a cocción, por ello es mejor consumirlas crudas.

En cuanto a los alimentos con alto contenido de proteínas animales, hay un dilema entre si es adecuado o no consumirlas crudas. Dos hecho reales son:

El descubrimiento del fuego nos ayudo a cocinar la carne que nuestros antepasados cazaban y esto a su vez, nos ayudó al desarrollo de nuestro cerebro.
El consumo de los alimentos en cuestión, son un riesgo ya que dentro de estos alimentos el crecimiento bacteriano puede darse de manera sencilla ante un mal manejo y en un periodo corto de tiempo. Es por ello que, el consumo de carne cruda no es tan recomendado.

Dentro de estos alimentos señaló también el consumo de huevo o claras de manera cruda. Si finalmente decides consumir carne o huevos crudos, cuida que sean de fuentes seguras, es decir, asegúrate de que tu proveedor sea responsable en el manejo de sus productos.

Entonces, ¿debemos cocinar todos nuestros alimentos?. Bueno ante ello salen los defensores del crudiveganismo, los cuales suman a este exceso de información que mencionaba al inicio, asegurando que cocinar nuestros alimentos (principalmente vegetales y frutas), genera grandes pérdidas de nutrientes.

Esto es medianamente real, es cierto que tanto el tiempo como el manejo y proceso culinario de los alimentos, van dañando el aporte nutricional de los alimentos. Pero también es cierto que, muchas personas con anomalías intestinales, puede generarles malestar estomacal o intestinal consumir alimentos crudos.

Como siempre lo digo, el mundo está lleno de una infinita variedad de personas, no podemos meter a todas las personas en el mismo saco y decir que las que no se ajusten a esa agrupación simplemente son extraños. Por el contrario, hay que darle atención personalizada a cada uno de ellos y aprender por medio de la atención la mejor manera de nutrir el cuerpo de cada persona.

Requerir cocinar tus alimentos no hará que desnutras tu cuerpo, por el contrario, si es lo que tu cuerpo está señalando que requiere, ¿Por qué no ayudarlo?. Ten siempre presente que tú y sólo tú, sabes cómo te sientes y a partir de ello hay que hacer las adecuaciones necesarias para gozar el vivir dentro de tu cuerpo.

Siempre será mejor opción consumir alimentos reales cocidos de cualquier manera que evitar por completo la comida real y optar por alimentos procesados o ultra-procesados como lo vimos en el ARTÍCULO anterior.

En la medida de lo posible, evita sobre cocer tus alimentos y prefiere preparaciones como al vapor o al horno.

Sí, es punto y aparte, pero tampoco es un crimen. Como ya mencioné, comer rico es parte básica de nuestra evolución y nada más rico que cualquier alimento frito, pero ¿Por qué son tan ricos?.

Este tipo de preparaciones son más sabrosas no tanto por la grasa, sino por el tipo de grasa y mezclas que solemos hacer. Por ejemplo, cuando un alimento se fríe, se acompaña de algún carbohidrato como pescado frito, no sólo es pescado rebosado en grasa, sino que viene empanizado.

Recuerda que mezclar grasa, carbohidrato y sal, confunde a nuestro cerebro, bajando sus defensas ante el llamado de la saciedad.

Además, freír los alimentos eleva (y por mucho) la cantidad de energía que aportan. Tomemos en cuenta el ejemplo del pescado frito contra un pescado al vapor u horneado con vegetales.

Y finalmente si estamos consumiendo una comida frita fuera de casa, habrá que sumarle que la grasa con la que han elaborado nuestra comida, es grasa de baja calidad que además ha sido reutilizada bastantes veces. No, en el puesto de la calle, no suelen usar aceite de coco prensado en frío ni aceite de aguacate u oliva extra virgen. Y por no dejar pasar, TAMPOCO EN EL RESTAURANTE, esto porque este tipo de grasas son más caras.

Jugando un poco con las guías de alimentación que ahora tenemos como el plato del buen comer o la jarra del buen beber, me aventure a realizar el semáforo del buen cocinar para ayudarnos a entender la mejor manera de preparar los alimentos que pretendamos nos sumen nutrición.

Verde: Alimentos crudos que deben estar presentes a diario, principalmente vegetales y frutas.

Amarillo: Alimentos que puedes cocinar sin sobre exponer el alimento al calor, tanto de vegetales como carnes y grasas. Aceites como el de aguacate y oliva suelen tolerar un poco más el calor que aceites como canola o maíz, pero de igual manera no abuses de este método.

Fritos: Modera el consumo de alimentos fritos, que sean en ocasiones especiales como algún festejo o bien un fin de semana que te apetezca ponerte creativo o salir a comer fuera de casa.

Ahora quisiera compartir contigo algunos tips para comer rico y nutritivo, justo como debe ser una dieta:

oma en cuenta el semáforo que he creado para ti, no sin dejar fuera la atención a tu cuerpo que te he mencionado, si comer vegetales crudos te esta causando malestar estomacal, entonces prueba cociendo ligeramente tus alimentos, hasta encontrar el punto exacto en el cual no te causen ningún daño.

Para darle sabor a tus comidas, ve corriendo al mercado de tu localidad o bien el supermercado a comprar especias naturales para poder darle un giro a tu dieta. Las especias naturales aportan también nutrientes a tu dieta, por ejemplo, el ajo ayuda a fortalecer el sistema inmune, el picante ayuda a activar el metabolismo y la cúrcuma tiene propiedades anti-inflamatorias.

Si quieres añadir algunas preparaciones fritas a tu dieta, prefiere el uso de grasas que toleren bien el calor como el aceite de coco, la mantequilla, el ghee o la manteca. Si saldrás de casa y no quieres perder el hilo de cuidar tu alimentación, puedes buscar restaurantes que cocinen con aceite de oliva (pocos pero hay). Recuerda SIEMPRE, disfrutar y agradecer tus alimentos.
Si seguimos en casa puedes sustituir el carbohidrato de las preparaciones fritas, sustituyendo harinas y panes por harina de almendras o coco o almendras trituradas. En capeados puedes obviar la harina que suelen añadir a este tipo de preparación, NO ES NECESARIA, quizá visualmente no quede para foto de restaurante pero en sabor es imperceptible más aún si te apoyas de especias naturales.

En el BLOG de Cambiando el Juego puedes encontrar recetas saludables tanto al vapor como fritas, para que te aventures a crear comidas más sanas.

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