¿DEBES ENTRENAR ESTANDO ENFERMO?
Realizar ejercicio de forma regular es una excelente manera de mantener la salud de tu organismo. Se ha demostrado que entrenar disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y las patologías cardiovasculares. Además ayuda a mantener el peso y potencia el sistema inmune.
Si bien no existe duda alguna que ejercitarse provoca los ya mencionados beneficios, mucha gente se pregunta si es recomendable hacer actividad física mientras se está enfermo, si ésta ayudará o perjudicará en la recuperación.
No existe una respuesta determinante. En este artículo explicaremos porque algunas veces está bien entrenar estando enfermo, y en otras ocasiones es mejor quedarse en casa haciendo reposo.
ENTRENAR O NO ENTRENAR
Recuperarse rápido siempre es el objetivo cuando estás enfermo, pero puede llegar a ser difícil e incluso confuso determinar si estás apto para ir al gimnasio o si por el contrario debes tomarte unos días para descansar.
El ejercicio es un hábito saludable, y es normal querer seguir entrenando, incluso cuando te sientes enfermo. Esto puede estar perfectamente bien en ciertas situaciones, pero también puede ser perjudicial en otras, todo dependerá de los síntomas que presentes.
EL TEST DEL CUELLO
Muchos expertos utilizan el test del cuello para aconsejar a sus pacientes respecto a si pueden o no continuar con su rutina de ejercicios.
Según esta teoría, si solo experimentas síntomas por encima del cuello, tales como congestión nasal, estornudos o dolor de oído (leve) probablemente estés en condiciones de hacer actividad física.
Por el contrario, si posees síntomas por debajo del cuello, tales como náuseas, dolor de cuerpo, fiebre, diarrea, tos con flema, etc. Deberías descansar hasta que te sientas mejor.
CUANDO SI PUEDES ENTRENAR
Entrenar con los siguientes síntomas es seguro en la mayoría de los casos, pero siempre consulta con tu médico si tienes dudas.
Resfrío Leve: es una infección viral que afecta la nariz y la garganta, aunque los síntomas varían de persona en persona, la mayoría presenta, dolores de cabeza, congestión nasal, estornudos y tos leve. Si te encuentras levemente resfriado pero con energía suficiente, no existe motivo alguno para faltar al gimnasio. Sin embargo, si te sientes decaído y falto de energía para llevar adelante tu rutina normal, debes considerar reducir la intensidad o el volumen de la sesión.
Dolor de Oído: Aunque el dolor de oído en los niños es causado comúnmente por una infección, en adultos se produce generalmente por una molestia en otra área, como puede ser la garganta, los senos paranasales, o incluso una infección dental. Generándose de esta manera el fenómeno conocido como “dolor referido”.
Es seguro realizar actividad física con dolor de oídos, siempre y cuando no se vea afectado tu equilibrio y se haya descartado una infección.
Congestión Nasal: Estar congestionado puede resultar verdaderamente frustrante y molesto. Si está acompañado de otros síntomas como fiebre o tos con flema, deberías considerar tomarte un tiempo de descanso.
Sin embargo, no hay problemas con ejercitarte si solo tienes una simple congestión nasal. De hecho, te podría ayudar a descongestionarte y a respirar mejor. En última instancia lo determinante será que escuches a tu cuerpo para determinar si estás en condiciones de ir al gym o no.
Dar un paseo en bicicleta o una pequeña caminata son excelentes maneras de mantenerte activo incluso cuando no te sientes del todo bien para ir al gimnasio a levantar pesas.
Dolor de garganta leve: suele ser causado por una infección viral como la que ocasiona el resfriado.
Cuando viene acompañado con fiebre, tos con flema o dificultad para tragar, deberías poner en pausa el ejercicio y visitar a un médico. Sin embargo, si son molestias producto de un resfriado común o alergias, realizar actividad física no presenta ningún riesgo.
Reducir la intensidad o duración de las sesiones es una manera de mantener tu rutina de ejercicios con un menor ritmo de exigencia.
CUANDO NO ES SEGURO ENTRENAR
Fiebre: Ésta se da cuando tu temperatura corporal supera los 37,5° C (aproximadamente) y puede tener múltiples causas, la más normal es que se produzca por una infección viral o bacteriana. Suele ocasionar síntomas como debilidad, deshidratación, dolor muscular y pérdida de apetito.
Entrenar bajo estas condiciones reduce la fuerza y la resistencia muscular, la coordinación inter e intramuscular y aumenta el riesgo de lesiones. Además de que puede empeorar los síntomas que se presenten.
Por todas estas razones es mejor hacer reposo y no entrenar con fiebre.
Tos con flema: Si bien una pequeña tos ocasional es una respuesta normal a fluidos que irritan las vías respiratorias y ayuda a mantener saludable el organismo. Mayores episodios pueden ser síntoma de una infección respiratoria. Y si esta es acompañada de abundante flema o moco lo más recomendable es acudir al médico y no entrenar ese día.
Problemas estomacales: Las enfermedades que afectan el sistema digestivo, presentan complicados síntomas que te obligarán a hacer reposo. Náuseas, vómitos, diarreas, fiebre, calambres en el estómago, disminución del apetito son todos síntomas comunes asociados a virus estomacales. Y que pueden generar mayores complicaciones como deshidratación, por lo que no debes tomarlos a la ligera y es altamente recomendable que hagas reposo y acudas al médico.
Gripe: El virus de la influenza impacta de lleno en el sistema respiratorio. Generando síntomas como fiebre, dolor de garganta y en todo el cuerpo, fatiga, migrañas, tos y congestión. Todo esto provoca que sea imposible continuar con la actividad física diaria y obliga a la consulta con un profesional de la salud.
¿CUÁNDO ES ADECUADO QUE VUELVAS A TU RUTINA?
Mucha gente sufre de ansiedad por volver al gimnasio luego de haber estado enferma. Y si bien sabemos todos los beneficios que la actividad física genera. Es importante dejar que el cuerpo se recupere completamente antes de volver a entrenar.
FUENTE
- Jillian Kubala, MS, RD (2018) https://www.healthline.com/nutrition/working-out-while-sick#section3