3 Errores Garrafales Que Cometí Cuando Comencé En El Mundo Del Fitness
Si sueles leer con frecuencia mis artículos sabrás que yo comencé en este mundo del fitness desde que era muy pequeña.
La primera vez que agarré unas mancuernas fue a mis 11 años, cuando mi mamá iba al gimnasio de pesas y mi papá y yo pasabamos por ella, recuerdo que tomaba los aparatos y parecía que de forma intuitiva sabía cómo se utilizaban, incluso recuerdo que alguna vez mi mamá me dijo “mira! si le sabes”.
Yo veía que mi mami hacía esos ejercicios y me dieron muchas ganas de practicarlos, pero sobre todo, me dieron ganas de parecerme a las mujeres que aparecen en los posters que había ahí, en ese gran espacio lleno de fierros y máquinas.
No paso ni un mes de eso cuando mis padres ya me habían inscrito a un club deportivo, en donde no solo practicaba con pesas, sino también nadaba, entrenaba para triatlones, entrabaja a clases de jazz (baile), intentaba jugar tenis, squash… en fin, me enamoré del deporte.
Cabe entrar en contexto, yo era muy gordita, a mi corta edad medía unos escasos 1.45 metros y pesaba casi 70 kilogramos. Siempre tuve en la cabeza que quería tener un cuerpo con el que me sintiera cómoda, y para ello tenía que trabajar para conseguirlo, pero pasé por muchas cosas, para empezar, tener ese tipo de pensamientos, cuando en realidad lo que debió de haber pasado es entender que mi cuerpo ya era muy bello por el simple hecho de ser perfecto, y debía comenzar a hacer ejercicio porque era un método de liberar mi estrés y conseguir más salud.
Esto me llevó a hacer algunas cosas muy mal, y con el paso de los años, en mi adolescencia tuve varias consecuencias, sobre todo por personas que no estaban informadas y compartían información errónea que sólo confundía y me hacía rayar en los extremos, de igual forma, cometí el error de no caer en buenas manos de profesionales.
Es por esto, y después de una de las más largas introducciones, te digo algunas cosas que hice muy mal y que me hubiera gustado que en aquel tiempo me corrigieron, sobre todo para tener una mejor relaciçpn con mi cuerpo, con la comida y con el ejercicio que tanto amo.
1.- No hace falta estar horas en una caminador, elíptica, bicicleta, etc para bajar de peso
Verás, yo era de las niñas que se la pasaba horas en el gimnasio, y dos horas si o sí estaba en la elíptica, en la caminadora, en la bicicleta y aparte entraba a una clase, sin olvidar que hacía mir hora de pesas.
Obviamente en aquel entonces me estaba consumiendo los músculos, aunado a una pésima alimentación, evidentemente mi porcentaje de grasa era mucho mayor que en los momentos en donde ni siquiera hacía ejercicios cardiovasculares.
Así que ya lo sabes, no hace falta que te quedes horas en la caminadora, basta con un buen entrenamiento de calidad y cerrar por lo menos 3 veces a la semana con 30 minutos de ejercicio cardiovascular.
2.- tampoco hace falta dejar de comer para bajar de peso de forma saludable.
Cuando tenía como 13 años me di cuenta que si no comía me veía más desinflamada y me sentía más delgada, entonces mi lógica de adolescente me llevó a la conclusión que si no comía nada, pero cuando digo nada es ¡nada! entonces bajaría mucho más de peso.
Y así fue, solo tomaba agua, bebía café y mascaba chicle, hacia muchas horas de ejercicio, así que de pronto mi rutina se volvió normal: levantarme temprano para ir a la escuela, regresar, hacer la tarea agarrar mis cosas para irme al club a hacer mis entrenamientos y llegar a dormir.
Así se volvieron mis días, la gente me decía “orale Lupita, ya te ves más delgada” y yo me pavoneaba, sabiendo que no estaba haciendo las cosas bien, de ahí se desencadenaron una serie de cosas que con el paso del tiempo se convirtieron en peligrosas y muy muy dañinas para mi salud, para no entrar en detalles terminé en hospitales, psicólogos y psiquiatras… es por esto que me hubiera gustado que alguien me hubiera dicho que así no eran las cosas, que la comida no está aquí para engordarte, que es para nutrirte y es bien maravilloso cumplir con una de nuestras necesidades básicas como lo es comer.
Cabe hacer aquí un paréntesis, en donde es importante destacar que los comentarios de las demás personas influían en mi comportamiento, me hacían “más fuerte” para seguir lastimandome, y es por ello, que debemos saber lo importante y poderosas que son nuestras palabras para otros.
3.- no necesitas compararte con nadie más ni pensar que alguién es mejor que tú.
Y bueno, esta es super importante, no hace falta querer ser como alguien más, ya que tú eres tú y lo único que vas a lograr es frustrante y caer en excesos, así que mejor tomalo como motivación y no como objetivo, no está mal admirar a alguien más, lo que está mal es pensar que ese alguien más es mejor que tú.
Echale ganas por ti y para ti, por encontrar tu mejor versión, por sanar tu relación con tu cuerpo y con la comida, porque llegue el día que digas “que cuerpo tan hermoso tengo, soy perfecta por el simple hecho de ser yo”
Si necesitas más información sobre tu alimentación o entrenamiento puedes ponerte en contacto con nosotros por medio de Facebook o en nuestra página web Fit Fighters .