Cada día que me meto a redes sociales veo las mismas imágenes, gente tirada en el piso diciendo que su entrenamiento estuvo genial porque casi se desmaya o porque vomitó.
Desde que el crossfit empezó a ganar popularidad hace algunos años, el postear una foto tuya blanco como fantasma tumbado en el piso se volvió sinónimo de un excelente entrenamiento, pero lo realmente triste del asunto es que los entrenadores también empezamos a creer que llevar a las personas a un punto de quiebre era lo necesario para ganar popularidad y ser llamado el mejor Coach del gimnasio.
Yo caí también en esto en algún punto en mi carrera hasta que vi que no era lo mejor para mi cliente el terminar con un agotamiento extremo cada sesión de entrenamiento. Esto no quiere decir que no me guste el trabajo duro. De hecho creo que la mayoría de las personas no obtiene resultados porque la intensidad en sus entrenamientos esta muy por debajo de su limite. Es solo que para cansar a alguien y que vomite no se necesita ser un buen Coach. Lo único que tienes que hacer es poner una ridícula cantidad de repeticiones de algún ejercicio como burpees para que la gente caiga rendida y esto no esta bien. Claro que si esa cantidad de burpees está colocada dentro de alguna de las fases de tu entrenamiento y tiene un porque esta perfecto, pero si nada más los pusiste porque quieres que tu cliente sienta que fue un entrenamiento intenso no es lo correcto.
Un buen entrenador sabe que es malo llevar a un punto de agotamiento extremo a nuestro cliente todos los días, sabe que para hacer que una persona mejore necesita balancear las cargas de trabajo para darle tiempo al cuerpo de recuperarse y que venga la sobre compensación del organismo para alcanzar mejores niveles de fuerza, resistencia o salud en general.
En estos días es difícil dosificar el entrenamiento a un cliente ya que debido a toda esta mala información ellos mismos te piden terminar muertos. Si no terminan casi vomitando o con mucho dolor en el músculo trabajado, sienten que el trabajo no fue bueno. Son pocos los entrenadores que se atreven a decirle al cliente esto es suficiente por hoy y son menos aún los que se toman el tiempo de explicar porque el entrenamiento del día no terminó con un alguna herida o dolor.
Si sigues llevando a tu cliente todos los días a este umbral de dolor extremo, al contrario de hacer que esa persona mejore vas a lastimarla y ya no podrá entrenar por algún tiempo contigo y eso si llega a querer volver.
Otro punto importante es que la dosificación del entrenamiento puedes basarla no solo en pesos o repeticiones, sino en trabajar otras capacidades que ayuden a tu cliente a mejorar y lograr sus metas. Tocamos este tema en el podcast que realicé con Tosko Maximus y Eder Torres Estrada entrenadores de atletas.
En nuestras manos esta el cambiar la mentalidad de nuestros clientes para que sepan que el mejor camino no es siempre el del dolor. El trabajar con inteligencia siempre será mejor.
Para tu éxito personal.
Emmanuel Navarro.
Entrenador Personal.