Sucralosa
La sucralosa es el azúcar artificial que famosamente encontramos en el producto industrializado Splenda. Ésta pertenece a un grupo extenso clasificado como endulzantes artitificiales o también como edulcolorantes artificiales. La sucralosa es un compuesto derivado de la sacarosa (azúcar de mesa) químicamente modificado en un laboratorio.La sucralosa es aproximadamente 600 veces más dulce que el azúcar de mesa común, de ahí que cumpla con su cometido de endulzar. Es muy consumido entre las personas que buscan bajar de peso, o bien que buscan llevar una alimentación con enfoques saludables, ya que ayuda a no consumir azúcar común (por las calorías que ésta representa, por la respuesta insulínica que produce, por las ‘calorías vacías’ que aporta).
La FDA (Agencia de Drogas y Alimentos) aprobó el uso y el consumo de la sucralosa en 1998 con umbrales de tolerancia y seguridad de 1mg-5mg sobre kilogramo de peso corporal total por día. Siguiendo estos parámetros, una persona de 60kg por ejemplo, puede consumir entre 60 y 300 mg de sucralosa por día. (Un sobre de Splenda contiene aproximadamente 11mg de sucralosa)
Su consumo es una buena alternativa, si se ve desde el punto de vista que es un endulzante que no aporta calorías (menos de 5kcal/sobre). No obstante, hay algunos estudios relativamente recientes que demuestran efectos nocivos a la salud derivados del consumo de sucralosa en ratas de laboratorio (1)(2). En estudios de investigación con personas sanas, se ha demostrado que la sucralosa no produce aumento de glucosa en sangre a diferencia del consumo de sacarosa (azúcar de mesa) (3)(4), ni tampoco un aumento en la producción de insulina. Pese a lo anterior, algunos estudios terminan concluyendo que la ingesta de sucralosa puede alterar la glucosa, la insulina, y el péptido similar al glucagón (GLP-1). La disyuntiva surge cuando en la mayoría de estos estudios, fueron usadas cantidades mucho mayores al umbral considerado como seguro de sucralosa para demostrar el relativo daño de ésta.
Por otra parte, otro estudio (5) demuestra que sí se estimulan producciones significativas de glucosa, insulina y función den GLP-1 mediante el consumo de dosis de 48mg de sucralosa. Aunado a esto, hay un cuerpo de análisis investigativos que demuestran que la sucralosa no pasa por el intestino, y se desecha de manera intacta por éste. Este mismo cuerpo de investigación también demuestra que el consumo de sucralosa provoca una interacción entre algunas proteínas y enzimas produciendo una ineficacia en los medicamentos farmacológicos de ciertos tratamientos contra enfermedades, sobre todo cuando se está en tratamientos para algunos tipos de cáncer.
Aspartame.
Con este endulzante, ocurre algo muy similar, diversos estudios de investigación proponen efectos nocivos a la salud, y de igual manera, se trata con dosis relativamente grandes o bien un consumo concomitante para precisamente causar un efecto esperado y así demostrarlo. (6)(7)
Exhortación Personal.
El uso de este tipo de productos, responde a la búsqueda de muchas personas que necesitan endulzar algunos alimentos para poder consumirlas y satisfacerse. Esta necesidad de consumir alimentos dulces, proviene desde nuestra infancia, a partir de los hábitos con los que fuimos criados y con los que crecimos. Desde que somos bebés, se nos endulza la comida “…ponle azúcar para que se lo coma…”, dicen los papás del bebé al que se le endulza el alimento y crecemos con esos arraigos fisiológicos. Encontramos azúcar añadida en todos lados, desde la concha de la panadería, hasta el pan integral Bimbo, pasando por la avena “natural” Quaker. (Ojo, no estoy diciendo que los carbohidratos almidonados sean malos, ésa es otra historia).
Mi consejo es que, si quieres endulzar algo, usa como máximo 2 sobres de Splenda al día si no estás embarazada y si no estás tomando algún medicamento como tratamiento a un padecimiento (sobre todo si se trata de tratamiento contra algún cáncer). Y si estás en proceso de una pérdida de grasa corporal intensiva, o bien no consumas sucralosa, o bien limita tu consumo a 2 sobres como mucho al día.
La relación de los endulzantes artificiales y las suplementos.
El asunto es que muchos suplementos son endulzados con estas sustancias. Ésta es otra razón por la cual bien nos convendría delimitar el número de dosis de proteínas al día provenientes de un suplemento de proteínas que contenga estos edulcolorantes, porque el fabricante no especifica cuánta sucralosa y/o aspartame contienen por dosis.
Recordemos que otra razón lo suficientemente válida para que nuestras proteínas provengan de alimentos sólidos es su importancia en masticarlos, salivarlos, deglutirlos y una tasa más lenta de digestión en relación con una proteína líquida (papel fundamental asimismo en la regulación del azúcar en sangre).
Otras alternativas.
Lo que yo sugiero a mis pupilos deportivos es que, si gustan de endulzar un alimento o bebida, lo hagan con: jarabe de agave o miel de agave (una cucharada cafetera es suficiente) o bien adquieran las hojas de Stevia. Sean cuidadosos con los productos que prometen endulzar mediante la stevia. Todos los productos endulzantes contienen solamente 1%-2% Stevia; y en el peor de los casos, es 1% Stevia más 99% fructosa. Recordemos que la poca fructosa que debemos consumir en un día, debe provenir de algunas frutas de Índices Glucémicos bajo y medio.
También hago énfasis en recordarles que se mantengan alejados de la sacarosa (azúcar de mesa), miel de maple, miel de abeja y endulzantes de fructosa. Asimismo, que limiten su ingestión de bebidas “light” ya que todo apunta a que contienen cantidades significativas de estos edulcolorantes artificiales, cantidades que sí pueden tener un impacto en la insulina y la glucosa.
Acidez metabólica relacionada con el consumo de suplementos de proteínas.
Por acidez se entiende el descenso del Ph de ciertas células u órganos del cuerpo, por lo tanto, la acidez metabólica es el desequilibrio del ácido-base que conlleva a un incremento de acidez en el plasma sanguíneo (acidez en la sangre). En el caso que nos compete, comer proteínas de alta calidad puede representar una acidez metabólica mediante el incremento de desechos metabólicos que permanezcan en la sangre, como en el de caso del amoniaco (producido por comer exceso de proteínas –el exceso se oxida en hígado–, y como metabolismo natural del ejercicio) si tus riñones no están sanos al 100% (si no filtran tu sangre y los desechos nitrogenados adecuadamente).
Producción de insulina y suplementos de proteínas.
Desde el punto de vista de la fisiología del páncreas (órgano importantísimo en el metabolismo de la energía, la cual empleamos para desplazarnos y hacer ejercicio), que es de donde proviene la insulina, sabemos a ciencia cierta que la producción de la hormona insulina es determinada por la cantidad de carbohidratos que comamos. Entre más “simples” sean los carbohidratos y “aislados” (que no se acompañen de otros tipos de alimentos), mayor susceptibilidad a la aparición brusca de esta hormona (producciones de insulina repentinas y bruscas no son saludables si no es el momento del desayuno o si no es el momento post-esfuerzo).
La producción de insulina en el páncreas también tiene lugar mediante aminoácidos (proteínas) de la dieta (8), sobre todo por aminoácidos glicina y cistina, pero sobre todo por el rol protagónico de la Leucina (9) (sí, otra vez, no sólo es el orquestador de la síntesis de proteínas musculares/crecimiento muscular, sino que también es protagónico en estimular a la insulina).
Estimular la insulina es normal y necesaria, cuando se hace de modo controlado o no brusco y se lleva una dieta controlada y ajustada a las necesidades individuales. La insulina es literalmente “la llave” para que nutrimentos (proteínas-aminoácidos, lípidos, glúcidos) y nutrientes (vitaminas, minerales, nutrientes traza) se abran paso para entrar en las células musculares y poder nutrir a esas células musculares que lo necesitan. Ésta es una de las razones por las que en una dieta controlada, se insta al paciente deportivo a que coma cada 2.5 – 3 horas, ya que se estimula al crecimiento muscular mediante la síntesis proteínica y la aparición de insulina controladamente.
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Bibliografía
1.- Splenda alters gut microflora and increases intestinal p-glycoprotein and cytochrome p-450 in male rats. Abou-Donia MB1, El-Masry EM, Abdel-Rahman AA, McLendon RE, Schiffman SS.
2.- Sucralose, a synthetic organochlorine sweetener: overview of biological issues. Schiffman SS1, Rother KI.
3.- Effect of the artificial sweetener, sucralose, on gastric emptying and incretin hormone release in healthy subjects.Ma J1, Bellon M, Wishart JM, Young R, Blackshaw LA, Jones KL, Horowitz M, Rayner CK.
4.- An overview of the safety of sucralose. Grotz VL1, Munro IC.
5.- Sucralose Affects Glycemic and Hormonal Responses to an Oral Glucose Load. M. Yanina Pepino, PHD, Courtney D. Tiemann, MPH, MS, RD, Bruce W. Patterson, PHD, Burton M. Wice, PHD, andSamuel Klein, MD.
6.- Consumption of artificial sweetener and sugar containing soda and risk of lymphoma and leukemia in men and women. Eva S Schernhammer, et all.
7.- Soft drinks, aspartame, and the risk of cancer and cardiovascular disease. Am J Clin Nutr 2012 96: 1249-1251; First published online November 7, 2012. doi:10.3945/ajcn.112.051417
8.- The effect of a protein meal with and without subsequent exercise on plasma insulin and growth hormone.
By M. Y. Sukkar,* W. M. Hunter And R. Passmore. From the Department of Physiology, University of Edinburgh and the Medical Research Council Clinical Endocrinology Research Unit, Edinburgh.
9.- Insulin Secretion in Response to Protein Ingestion. John C. Floyd, Jr.,T Stefan S. Fajans, Jerome Wv. Conn, Ralph F. Knopf, and Juan Rull (From the Department of Internal Medicine, Division of Endocrinology and Metabolism and the Metabolism, Research Unit, the University of Michigan, Ann Arbor, Mich.) Insulin Secretion in Response to Protein Ingestion * John C. Floyd, Jr.,T Stefan S. Fajans, Jerome Wv. Conn, Ralph F. Knopf, and Juan Rull (From the Department of Internal Medicine, Division of Endocrinology and Metabolism and the Metabolism, Research Unit, the University of Michigan, Ann Arbor, Mich.)
